martes, 16 de mayo de 2006

25/11/05

25/11/05


En este momento me cuesta describir lo que está pasando. En este vaivén de emociones cada vez me convenzo más de una cosa "no es fácil vivir". Para nada fácil. Mientras un millón de cosas pasan dentro de uno, y enzima que cada una tira para su lado, hay que saberlas mantener ahí ordenadas o como se pueda para no explotar en una incongruencia de acciones en medio de la calle. Imagínese, ¡qué vergüenza sería! tratar de caminar por la vereda con esas explosiones manifestándose libremente a través de nuestro cuerpo. Pero, aunque no sea un tema de charla común entre los hombres, le debe pasar a todo el mundo, o por lo menos eso espero. ¿Saben quién tiene la culpa de todo esto? Sí precisamente ese: el cruel Amor. Tan lindo te lo pintan en las tarjetitas del subte pero cuando estás por hablarle a una chica, o tratar de besarla o simplemente marcar su número de teléfono ¿quién se hace cargo del despelote que se te arma en al panza? Ah y ni se te ocurra después comer algo porque ahí estás hecho, imposible tragar bocado, aunque la muchacha ya se haya ido el cuerpo se empecina en mantener ese nudo en el estomago y la mirada perdida en las cosas que no pasaron, dejando tarea de la alimentación como un acto de pura obligación que no se nos hará fácil llevar a cabo.
La verdad me cansé de la humanidad y su histeriquismo amoroso, prefiero sin lugar a duda mantener la cordura encerrado en un zoológico.

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